Elijo ponerme al servicio de quien sienta descubrir una nueva mirada hacia la vida y lo que en ella acontece, con el fin de encontrar la paz y la alegría que produce el ordenar, integrar y reconciliar todo dentro de un@ mism@.
Mi formación:
Estudié Enfermería y me especialicé en Salud Mental. Desde muy pequeña, recuerdo que era sensible al sufrimiento de los demás, no me pasaba inadvertido un gesto de abatimiento, tristeza, preocupación. Percibía con facilidad que algo sucedía.
He sido y soy compasiva desde que tengo uso de razón.
Tras mis estudios de enfermería, mi continua formación y después de muchos años trabajando con personas con problemas de Salud Mental, sentía que necesitaba profundizar mis conocimientos. La vida me guio hasta la Terapia Transpersonal y a la formación teórico práctica de Mindfulness en la Escuela de Desarrollo Transpersonal de Madrid, donde de la mano de José María Doria y su equipo, inicié un camino de autoconocimiento, autoindagación, profundización que me abrieron a una visión de otras ramas terapéuticas que iban completando lo que hasta entonces conocía.
Desde una visión humanista y transpersonal que es lo que en aquel momento resonaba en mí.
En el año 2013, por circunstancias personales, conocí y experimenté el efecto de las Nuevas Constelaciones Familiares.
Fue un antes y un después. Mi mirada empezó a cambiar.
Había una fuerza especial que me empujaba a querer conocer más sobre esta herramienta y filosofía de vida difundida por Bert Hellinger: psicoanalista, filósofo, teólogo, formado en psicodrama, terapia sistémica, Gestalt, terapia primal, terapia corporal. Una persona adelantada a su tiempo, que supo abrirse a lo que la fenomenología le mostraba a cada momento con humildad y transmitir de una manera única todo su conocimiento y experiencia.
Decidí entonces sumergirme en la formación como Especialista en Nuevas Constelaciones Familiares en la Escuela de Cristina Cáceres Mangas y actualmente continúo formándome en el Instituto de Constelaciones Familiares de Brigitte Champetier de Ribes y nutriéndome de otras escuelas y personas referentes en esta área.
Empecé a comprender y a mirar que debajo de cada problema, síntoma o dificultad, subyace una dinámica oculta. Empecé a utilizar la “mirada sistémica”, entendiendo que no somos seres individuales, todos pertenecemos a varios sistemas y tanto nos influyen como influimos en ellos.
Empecé a incorporar en mi una filosofía de vida sistémica.
En la actualidad compagino mi rol de enfermera de Salud Mental, profesión que honro de corazón, que me ha dado y me da tanto cada día, con Talleres de Mindfulness , Cursos de Desarrollo Personal donde incluyo la Terapia Transpersonal pero sobre todo la Sistémica de Hellinger, utilizando la herramienta fenomenológica de las Nuevas Constelaciones Familiares.
Para mí, no está reñida la Ciencia con la Espiritualidad. Elijo verlas como complementarias, elijo reconciliarlas.
A veces la evidencia de la mejora de una persona es la paz profunda que siente cuando algo se ordena dentro de ella.
Mi familia, mi motor:
Una de las razones más importantes por las que empecé a buscar respuestas a mis preguntas y a llenar ciertos vacíos que sentía, sin duda, ha sido y es mi familia propia.
Si soy el resultado de las decisiones, creencias, conflictos, dones, habilidades de mi familia de origen… mis hijos son el resultado y la consecuencia de las decisiones que su padre y yo vamos tomando, muchas de ellas inconscientes. Ellos son el fruto de aquello que les llega de nosotros: lo bueno y lo malo.
Entonces, decido tomar la responsabilidad de revisar los “asuntos pendientes” de mi propia familia para poder allanar el camino y sacar un poco de peso de las mochilas que cargan nuestros hijos.
Con el trabajo sistémico, tomo consciencia de que lo que sucede en la familia propia, en algún momento ya sucedió en el clan familiar. Tomar con amor todas las historias de mis antepasados, me permite ser más libre de lealtades, no repetir esas historias de dolor, arriesgarme a ser yo misma con todas las consecuencias.
Solo así, los descendientes se permitirán la libertad de ser ellos mismos.
Y, eso, es lo que ahora podemos ver en nuestros hijos: su grandeza.
Los animales en mi vida.
Considero que todas las experiencias son una oportunidad para crecer y avanzar. Algunas vividas con animales, han supuesto el darme cuenta de la importancia del vínculo que tenemos con ellos y de cómo ellos se entregan a nuestro servicio y al servicio de los sistemas familiares; cómo nos ayudan en nuestros propios procesos de crecimiento personal y nos muestran cosas pendientes de resolver. Esto me empuja y compromete a entregarles el respeto que merecen y devolverles el lugar que les corresponde respetando su vida, honrando su servicio y su amor incondicional.
Por eso me pongo al servicio también del reino animal y de su bienestar a través de mi conocimiento de la sistémica, del conocimiento que he ido adquiriendo sobre comunicación intuitiva y coherente con animales de la mano de Verónica Kenigstein, Daniela Camino, Mariví Simona, así como de las enseñanzas y acompañamiento de Maria Elisa Vizuete y su manada de caballos de Verdecocha (Ecuador).
Mi misión:
Vivir desde la Filosofía y Mirada Sistémica, con asentimiento, ocupando solo el lugar que me corresponde, honrando a mis anteriores, dando y recibiendo en equilibrio, tomando decisiones desde mi estado adulto (todo un reto).
Divulgar la Filosofía Sistémica de Bert Hellinger, a través de los talleres, sesiones individuales, artículos, bibliografía recomendada y apuntes teóricos en los cursos.
Acompañar a personas a descubrir las intrincaciones sistémicas que obstaculizan su evolución, a través de sesiones individuales y talleres grupales.
Acompañar a profesionales de la enfermería y otros profesionales de la ayuda a revisarse personalmente, crecer y realizarse para, desde ahí, puedan ponerse al servicio de la manera más ética y sana posible.
Ayudar a los animales del Sistema Familiar devolviéndoles su lugar dentro del mismo, a través del acompañamiento a los miembros de la familia humana.
Amar todo tal y como es, amar a todos tal y como son.
Mis Valores:
Reconciliación: Estar abierta a la reconciliación profunda de todo aquello que en su momento fue separado. Me he dado cuenta de que a nivel del alma, todo es reconciliable.
Respeto: A mí misma. A la vida, a lo vivido. A todo y a todos.
Neutralidad: Ver todo con amor, sin juicio. Sin aferrarme a algo. Mirando las dos caras de la moneda en todo y asumiendo que lo “blanco” no existe sin lo “negro”.
Servicio: Considero el servir como un regalo; entregar y contribuir con mi granito de arena al crecimiento y promover la realización personal. Servicio a las personas, animales y a sus sistemas familiares.
Compasión: Aliviar el dolor y el sufrimiento, educar y enseñar a ser compasivo. Ser compasiva conmigo misma.
Amabilidad: Para mi es importante ser con los demás como me gustaría que sean conmigo. “La amabilidad transforma el mundo” (Dalai Lama).
Ahimsa: no dañar.
Aquí añadiría, ser responsable si he hecho daño, asumir las consecuencias y reparar. Porque todos, en algún momento, lo hacemos.
Gratitud:
Siento una profunda Gratitud, primero a mis padres, por la vida que me dieron, con esto tengo suficiente.
Gratitud a todo mi Sistema Familiar del que me llegan regalos, dones, habilidades que honro profundamente.
Gratitud a mi familia propia, tan importante para mí, son el motor que me empuja a avanzar, crecer y elegir ser mejor cada día.
Gratitud por todo lo que he ido encontrando en el camino: cursos, experiencias, libros, …de grandes maestros.
Gratitud, por supuesto, por las personas que eligen acercarse a mí y que ahora forman parte de mi vida.
Gratitud porque todo es perfecto tal y como es, aunque a veces no lo entienda.
Cada día me abro a lo nuevo, pues soy consciente de que somos seres en continuo desarrollo y aprendizaje. Simplemente porque estamos vivos y porque la vida está en constante movimiento.