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El miedo al cambio desde la mirada sistémica.

 

¿Qué estás evitando hacer por miedo?

 

Si, el miedo es en muchas ocasiones la respuesta a los bloqueos.

 

El miedo al cambio.

 

Unas veces este miedo es conocido, reconocido y razonado. Llegando incluso a justificarlo.

 

En este caso, tu sabes lo que te asusta o temes, y aunque sepas que necesitas superarlo hay algo que te impide trascenderlo y dar el siguiente paso. Y, precisamente, la justificación puede ser la gran resistencia para subir tu pierna al siguiente escalón de tu evolución personal.

 

Por ejemplo: quiero cambiar de trabajo.

 

¿Qué es lo que está impidiendo que cambies?

 

Probablemente te vengan a la mente muchas respuestas, y todas, de verdad todas están bien. Todas son los suficientemente fuertes como para que sigas donde estás.

 

¿Y, si sigues preguntándote?

¿De verdad es eso lo que impide que cambie de trabajo?

Quizá la respuesta sea no.

Quizá debajo de todas esas respuestas, realmente está el miedo.

 

Miedo a perder un lugar, miedo a empezar de cero, miedo a no encajar en otro nuevo equipo o grupo de personas, miedo a no estar a la altura del nuevo lugar, miedo a perder todo aquello que ya había conseguido, miedo al no reconocimiento, y un largo etcétera de miedos.

 

De miedos que están en tu mente, que son sólo pensamientos, pero que tienen tanta fuerza que no te permiten avanzar.

 

Otras veces, ese miedo quizá sea desconocido, esté muy guardado en un lugar inaccesible. En tu inconsciente.

 

Y ésta, podría ser la razón por la que no te mueves de donde necesitas, que es inconsciente. Cómo vas a poder resolver algo, si no está en tu campo de visión.

 

Pero lo que sí sabes, es que tu inconsciente es tan acertado, que te está mostrando de muchas maneras hasta que por fin puedas verlo.

 

Existen muchas formas en las que puedes acceder a información almacenada en tu “lugar seguro”.

 

Una conversación con una buena amiga, una discusión con tu pareja, – sí… la pareja nos espeja cada día y ofrece información valiosísima si prestas suficiente atención y apertura-, el comportamiento de tus hijos o animales de compañía, etc.

 

Y, por su puesto la terapia. Cualquiera de ellas. Todas están al servicio de la evolución personal.

 

Desde las que yo conozco y pongo a tu servicio son Mindfulness y las Nuevas Constelaciones Familiares.

 

 

¿Cómo te pueden ayudar?

Desde Mindfulness, con la ayuda de la práctica meditativa, cada día puedes encontrarte más tiempo enfocado en tu presente.

 

Eso te da madurez, enraizamiento, neutralidad para afrontar de mejor manera cualquier emoción – incluido el miedo-, ecuanimidad, discernimiento, paciencia contigo y con los demás. Y otros beneficios no solo a nivel psicológico, sino también biológicos, disminuyendo tus niveles de cortisol, por ejemplo.

 

 

Por otro lado, con las Nuevas Constelaciones Familiares, puedes acceder a información sobre la emoción del miedo y poder saber si ese miedo es propio, de tu guion de vida o transgeneracional.

 

Si es propio, te mostrará que ese miedo es recidivante. Que se repite una y otra vez en momentos en los que necesitas tomar decisiones vitales importantes. Puede ser un miedo que viene de más atrás de algún lugar y tiempo lejano, de tu adolescencia, de tu infancia, de tu etapa perinatal,…

 

Si corresponde a tu guion de vida (teoría del Análisis Transaccional), la constelación mostrará un mandato de alguno de tus predecesores, normalmente de padre, madre o abuelos.

 

Un mandato es una orden inconsciente que dan los adultos a sus hijos o nietos, basadas en sus propias creencias, miedos o experiencias.

 

Por ejemplo, el mandato puede ser:

  • No crezcas (sobreprotección)
  • No cambies (debes ser igual que los de la familia)
  • No te alejes (es peligroso)
  • No tengas más éxito que… algún miembro de la familia.

 

En este caso, una constelación te ayudaría a ver qué mandato hay y te mostrará cómo salir de él.  

 

Y, si es transgeneracional, veríamos que el miedo que sientes no es tuyo, sino de alguien de la familia.

 

Hoy en día sabemos que tenemos emociones que hemos heredado de algún antepasado, alguna emoción que no pudo ser revelada, sentida, validada e integrada en su momento. Por cualquier motivo.

 

Esta herramienta contribuye a que comprendas a uno o varios antepasados que vivieron con gran miedo algún evento traumático y des un lugar en tu corazón a su destino y a todo ese dolor.

 

Dicho así, en la teoría, es sencillo. Quizá la dificultad es poder desprendernos de esa lealtad a ese miedo, porque puede haber una sensación de culpa y vacío y eso, da más miedo todavía.

 

Por eso, cuando se constela, es necesario que lo hagas con alguien con la suficiente experiencia en acompañamiento con esta y otras herramientas. Para que de forma compasiva, respetuosa y honesta pueda ayudarte en este proceso.

 

Para que puedas asumir tu propia vida, vivirla de verdad, sin tanto miedo al cambio.

Al fin y al cabo, el cambio es necesario para crecer y subir hacia el siguiente peldaño de nuestra propia escalera evolutiva.

 

Sin olvidar que el miedo nos ayuda, nos salva la vida, nos permite ser cautos y tener los pies en la tierra.

 

Es importante entender que, cuanto más miedo tenemos, más se esconde nuestro coraje. Incluso llegamos a olvidar que lo tenemos.

 

El coraje nos ha ayudado desde muy pequeños, a nacer, a pedir lo que necesitamos a través del llanto, a volver a levantarnos cada vez que nos caímos cuando aprendimos a caminar.

 

Te invito a trabajar tu miedo al cambio, a retomar tu coraje y tu fuerza.

 

 

Y, ¿cómo lo puedo hacer?

 

A continuación, te dejo un ejercicio sistémico que puede servirte como un primer paso:

 

  1. Colócate en la habitación donde te encuentres 3 folios en el suelo: en uno escribe YO, en otro MI MIEDO y en otro MI CORAJE.
  2. Quédate unos segundos en cada uno de ellos, sintiendo lo que siente cada representante. Desde cada lugar, mira que sientes respecto a los otros dos representantes. Tómate tu tiempo.
  3. Escribe tus comprensiones.
  4. Colócate en el papel del YO siendo tú mismo.

 

Mirando a MI MIEDO le dices: “tú también perteneces” “tú también eres necesario” “gracias por estar cuando te necesito y ayudarme a sobrevivir”.

 

Mirando a MI CORAJE le dices: “elijo verte” “gracias por ayudarme a conseguir mis logros, estás detrás de cada uno de ellos” “contigo, si puedo”

 

  1. Imagina ahora que ves tu vida hacia adelante, tomas con una mano al MIEDO y con la otra al CORAJE. Y dices: “ahora me doy el permiso de avanzar, aún con miedo, elijo avanzar”.

 

Si en algún momento del ejercicio, sientes que queda algo bloqueado, que tuviste algún problema para continuar o sentiste una emoción muy fuerte de miedo, que te impidió realizarlo, es señal que sería necesario hacer una constelación.

 

Estoy a tu servicio para acompañarte a poner luz y encontrar la solución.

 

Grace Cañizares Pozo
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