Independientemente de hacer o no movimientos sistémicos o Constelaciones Familiares, la visión sistémica puede ayudarte en la vida cotidiana, dándote fuerza y confianza.
Por una parte, es una cuestión de actitud. Actitud de asentimiento a todo tal y como es, dejando de lado la necesidad de querer que algo o alguien cambie. Primero porque cada uno es responsable de sí mismo, segundo, porque el cambiar no es tan sencillo. Muchas personas no saben que les conviene cambiar, otras no quieren o no tienen los recursos para hacerlo.
“Asentimiento quiere decir: yo reconozco algo tal como es y así le doy mi aprobación, tal como es. Si se trata de una cosa resulta, a veces, sencillo. Pero cuando debo dar mi asentimiento a todo tal como es, darte mi asentimiento, así como tú eres con todo, esa es otra dimensión. Y como tú te das cuenta produce felicidad”.
Bert Hellinger.
Conviene darme cuenta de que en el momento que me opongo a algo como es, de alguna manera me estoy poniendo “por encima” de aquello que lo creó. Por encima de Algo Más Grande por quien fue pensado. Si vamos a una visión más espiritual, no hay nada ni nadie erróneo.
Entonces, con esta mirada, está en ti elegir ocupar tu lugar con humildad y asentimiento. Con respeto hacia la vida y el destino de todos, hagan lo que hagan, piensen como piensen, actúen como actúen.
Renunciando a la idea de sentirme mejor que los demás.
De esta manera, también incluyes sin juzgar. Piensa que cuando excluyes a alguien o algo, lo desplazas, lo alejas y lo separas de ti. Entonces, sin saber por qué, te puedes sentir incompleto/a. Así no puedes sentirte en plenitud ni en armonía. Esta actitud puede llevarte incluso a enfermar.
Por otra parte, lo que ayuda es estar en el presente todo el tiempo posible. Esto supone, renunciar a repetir el pasado y responsabilizarte de tu vida –tus emociones, tus pensamientos, tus decisiones. Observando y observándote, con amabilidad y neutralidad.
Es conveniente, entonces, permanecer centrado/a la mayor parte del tiempo, en el aquí y ahora, desde lo que llamamos el estado adulto. Ese estado en el que la persona vive en el presente, sintiendo y viviendo las emociones que corresponden a cada momento y haciendo elecciones que convienen a cada instante.
Es decir, lo que unas veces te funciona, puede ser que en otra ocasión no sea lo adecuado. Pero para esto requieres estar absolutamente atento o atenta al aquí y ahora. Incluso dándote cuenta de cuando está tomando decisiones desde la imitación al pasado.
Si a esta actitud de asentimiento y al estar cada vez en el estado adulto, le añadimos la gratitud, habrá apertura a todo aquello que nos es regalado cada día.
La filosofía y enseñanzas de Bert y Sophie Hellinger nos ayudan a llegar a nuevas comprensiones y además nos empujan a llevar una vida coherente con estas. No sólo depende de lo que la constelación nos muestre, sino de lo que la vida nos pide cambiar para no seguir repitiendo historias pasadas.
Integrar en la vida cotidiana la sistémica, especialmente los órdenes o fuerzas del amor(*), nos ayuda a vivir de forma más madura, ser más conscientes de las decisiones que tomamos, estar conectados con la realidad y ocupar el lugar que nos corresponde.
(*) Ordenes o fuerzas del amor: equilibrio, jerarquía y pertenencia.
Grace Cañizares Pozo
ReconciliaT