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La sutileza y grandeza de las Nuevas Constelaciones Familiares.
Es a través de las comprensiones profundas que nos llegan cuando trabajamos con constelaciones familiares, que sentimos que podemos caminar nuestro propio camino. Pues nos damos cuenta de que mientras tanto, a un nivel inconsciente, seguimos atrapados por el pasado.
Tanto en el pasado de nuestra propia infancia, como en el pasado de todo el sistema familiar, como incluso en el pasado de un colectivo más grande, de un país entero lleno de dolor…
La verdad que esta herramienta es tan potente que no deja de sorprendernos.
Sabemos lo difícil que es salir de ciertos patrones, despegarnos de nuestra zona conocida, aunque sea incómoda y nos traiga de cabeza…
“Nada se subestima tanto como el vínculo con la familia”
-Bert Hellinger-
Pero, en mi experiencia, voy viendo la evolución de las personas que se atreven a dar el paso. Cada comprensión cuenta. Y, me encanta ser testigo de esos cambios. Ser parte de vuestros caminos.
Estos pasos son tan sutiles a veces como simplemente cambiar la mirada hacia alguien, entender algún evento por duro que haya sido, aceptar el pasado como fue, incluir a alguien o a alguna parte de sí mismo que estaba excluida.
Y, con “sutiles” no quiero decir poco importantes, de hecho, esos pasos suponen una transformación de las imágenes internas que permiten llegar a experimentar una gran sensación de calma.
A diferencia de otras herramientas -muy valiosas, por cierto-, las Nuevas Constelaciones Familiares, nos permiten avanzar de una forma no quizá más rápida, pero sí con mayor profundidad, pues nos muestra lo inconsciente y lo esencial para la persona en el momento que se abre la constelación.
La información que existe en el campo de la persona o del grupo que realiza una constelación o movimiento sistémico, es clave y siempre sorprendente; una parte importante es saber que lo que nos va a mostrar es algo que hasta ahora estaba fuera de nuestra mirada, de nuestro conocimiento y, por eso hacemos énfasis en la necesidad de que la persona tenga “apertura de corazón” para poder mirar esa imagen y dar lugar a que algo se “ordene” en el interior de ella.
Cuando esto sucede, quienes constelamos o asistimos a constelaciones, sabemos que esta transformación resuena en todo el sistema familiar y hay una paz inmensa, como si la persona pudiese sentir “el alivio” de la sanación de todos los miembros de la familia que estaban intrincados en ese enredo.
Como en la película Coco, si la has visto, cuando por fin el bisnieto da su lugar al bisabuelo… la paz y armonía vuelve a los corazones de todos, especialmente alcanza a la abuela que arrastraba una tristeza desde que su padre le faltó.
Por eso cuando hablamos de que es una herramienta fenomenológica, nos referimos a que es preciso experimentarla para comprender su efecto; una constelación nunca es igual a otra, nunca. Solo corresponde al presente, al instante en el que se abre la información a la o las personas presentes. Constelador incluido.
Una constelación nos conecta con el pasado, desde el presente, solo desde esa presencia es que nos llegan las emociones, los gestos, las dinámicas que necesitan mostrarse.
Y, presencia es a la vez: atención, aceptación, entrega, no resistencia a lo que hay. Pero, sobre todo, vemos que la presencia es amor, puro amor al servicio de la persona, de su familia, de sus ancestros. Al servicio de la Vida misma.
Entonces, cuando nos abrimos al campo de información de una constelación, recibimos sutileza y grandeza a la vez.
Sutileza en la sencillez de lo que nos es mostrado, grandeza en los efectos que tiene esa nueva mirada. Grandeza en el sentir que nos llega como una verdad a la profundidad del corazón. Grandeza en el sentir la fuerza de la vida.
No es que alguien te lo cuente, es cómo lo experimentas tú y todo tu cuerpo.
“Tu familia es tu base, es tu fuerza”
-Bert Hellinger-
Si todavía no has experimentado una constelación familiar, te animo a participar, incluso puedes empezar a tomar contacto como representante, podrás sentirte al servicio de otras personas, tener tus comprensiones propias, captar poco a poco la filosofía de este trabajo y hacer las preguntas que necesites.
Grace Cañizares
Reconcilia-T